Alrededor de los cuidados paliativos existen diversos mitos que son falsos o creencias erróneas extendidas entre la población e, incluso, entre algunos/as profesionales del ámbito sanitario. En esta sección, respondemos a los mismos.
Si identificas alguna otra de esas creencias erróneas, comunícanosla aquí (redpal.easp@juntadeandalucia.es) para que podamos responderla. Gracias!!
“No está tan malo como para tomar morfina”
La morfina no se prescribe por estar más o menos malo, sino porque es un fármaco de mucha utilidad para aliviar síntomas, especialmente, el dolor y las dificultades para respirar (disnea).
Por otra parte, es un fármaco muy seguro y su profesional sanitario ajustará la dosis que usted necesite, adaptándola siempre a su estado. Además, a va a vigilar los efectos secundarios que puedan surgir y los podrá controlar o compensar.
“Es que no quiero empezar ya a tomar morfina porque cuando la necesite realmente ya no me va a hacer efecto”
La morfina no tiene una dosis máxima que no se pueda aumentar. De inicio se aplican dosis muy bajas y siempre se van adaptando a su proceso y a su necesidad, de forma individualizada para cada paciente.
La dosis se irá modificando si lo necesita y no hay límite.
“Yo no quiero tomar morfina para no engancharme”
Aunque es cierto que la morfina tiene cierto grado de tolerancia y precisa ir subiendo su dosis para que siga siendo efectiva, la morfina bien utilizada no genera dependencia. La amplia experiencia en el uso de morfina demuestra que cuando ya no hace falta se puede ir bajando la dosis progresivamente hasta su retirada completa sin generar ningún tipo de dependencia en el paciente.
“No quiero morfina porque no quiero estar dormido”
La morfina no produce sueño.
La indicación de la morfina es para control de dolor, si se adormece consulte con su profesional para que le ajusten la dosis.
“No quiero morfina porque se me va a ir la cabeza”
El uso adecuado del medicamento no debe provocar este efecto. Si nota algún síntoma en este sentido consulte con su profesional de referencia.
“Si tomo morfina no tengo que sentir dolor” “Si ya estoy tomando morfina abandono los otros medicamentos para el dolor”
El dolor, al deberse a muchas causas, precisa de un conjunto de fármacos para su alivio.
Uno de ellos puede ser la morfina pero con frecuencia necesita de otros fármacos de forma simultánea para el mejor control de su dolor.
“Un suero de morfina es igual a sedación”
Con frecuencia se identifica la medicación que se administra a través de la vía parenteral (inyectada en vena o con una palomita debajo de la piel) con sedación y con muerte. Y no es así. Es una vía de mucha utilidad para administrar medicación en cuidados paliativos y controlar distintos síntomas en cualquier momento del proceso.
De hecho, la morfina no es un fármaco que se utilice para sedar, sino para aliviar síntomas, como por ejemplo el dolor o la dificultad para respirar.
“Yo no tomo morfina, sólo tengo un parche”
La morfina es un medicamento que forma parte de una familia de fármacos llamados opioides. Entre ellos se encuentra el fentanilo que se suele aplicar en parches que se pegan a la piel.
Si usted tiene un parche no toma morfina pero sí toma un opioide.
**La mejor manera de evitar efectos secundarios o indeseados de los fármacos es seguir exactamente las indicaciones de sus profesionales. Nunca aumente las dosis por su cuenta.