Cuidar es una experiencia vital intensa y trascendente… Prácticamente todas las personas cuidamos a otras en algún momento de nuestra vida: a nuestros hijos e hijas, a nuestras parejas, a nuestras amistades, a nuestras compañeras y compañeros de trabajo, a nuestros mayores… En algunos momentos y etapas vitales, el CUIDADO de otras personas se vuelve una actividad central en nuestras vidas, hasta el punto de “ocuparlas” prácticamente por entero: cuando cuidamos a un bebé, cuando cuidamos a una persona dependiente, cuando cuidamos a una persona enferma… El cuidado entonces transforma nuestra vida, la llena, la determina, le da sentido o se lo quita… La experiencia de Cuidar puede ser “maravillosa” o todo lo contrario, dependiendo del sentido que le atribuyamos.
Esta vivencia es aún más intensa cuando sabemos que la persona a la que cuidamos tiene un pronóstico de vida limitado… Es un privilegio poder acompañar a una persona querida en su proceso de morir… aunque también es una experiencia muy dura. En este espacio queremos hablar sobre la experiencia de cuidar a una persona querida que está terminando su vida… y queremos compartir recomendaciones sobre cómo sobrellevar esta etapa vital lo mejor posible: