¿Se puede disfrutar de volver a ser un niño? ¿Es posible irse despidiendo con alegría de la vida haciendo un proceso de evolución a la inversa hacia el principio? Hacer un duelo anticipado es una gran tarea que requiere mucha energía, especialmente cuando el protagonista es la propia persona que va a morir… Sin embargo, la perspectiva del agradecimiento y el acompañamiento son dos ingredientes necesarios que en esta historia se expresan como fundamentales.
-Sólo es horrible si lo consideras así -dijo Morrie-. Es horrible ver que mi cuerpo se va consumiendolentamente hasta quedarse sin nada, Pero también es maravilloso, por todo el tiempo del que dispongo para despedirme. No todos disponen de tanta suerte-añadió con una sonrisa.
Yo lo contemplé en su sillón, incapaz de ponerse en pie, de lavarse, de ponerse sus pantalones. ¿Suerte? ¿De verdad había dicho suerte?
Es un libro antiguo “Martes con mi viejo profesor”, del año 2000 en el que por un lado se expresa la sabiduría encarnada en un proceso de despedida y duelo anticipado de una persona con un proceso degenerativo. Y por otro, se describe el acompañamiento a este proceso como piedra angular. Un acompañamiento basado no tanto en el conocimiento como en la presencia amorosa, la escucha y la compasión.
En estos encuentros se rompen las barreras de la edad. Es un chico joven estudiante el que se acerca con admiración y respeto a la experiencia profunda de una persona sabia y madura. Y su profesor, con amplia generosidad recorre con él cada martes una de las dimensiones complejas y difíciles del morir. Hablan sobre el mundo, el sentimiento de lástima por uno mismo, los arrepentimientos, la muerte, la familia, las emociones, la vejez, el dinero, como perdura el amor, el matrimonio, la cultura, el perdón el día perfecto y por fin, el adiós.
En este encuentro procesual y compasivo se produce un florecimiento de ambas partes: el acompañante y el acompañado. Se pone de relieve el beneficio que puede proporcionar estar al lado de las personas que están despidiéndose de esta vida y el que produce tener a una persona humana que te escuche sin asustarse, que exprese los deseos de acompañar en medio de su sufrimiento y que incluso reciba la experiencia de su amigo con mente de principiante y deseos de aprender.
Un magnifico itinerario de elaboración de duelo basado en dos almas humanas unidas en el proceso de aprender a morir. Nacer a morir, todo un regalo y un gran legado.
Ángela Ortega