La prioridad en el tratamiento de pacientes que padecen una enfermedad grave, especialmente aquellos en situación de final de la vida, se centra en mantener la calidad de vida y controlar los síntomas. , tal y como se puso de relieve en la II Jornada de Cuidados Paliativos de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
Los cuidados paliativos son una parte de la Medicina que se encarga de mejorar los síntomas, aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida de personas que padecen una enfermedad grave o que pone en riesgo su vida. Así, la mayoría de estos pacientes son frágiles, de edad avanzada, y presentan enfermedades crónicas muy evolucionadas y con pluripatología. “Sin embargo, también hay una pequeña proporción de pacientes más jóvenes, que suelen presentar patologías oncológicas”, indica la doctora Susana Plaza, coordinadora del Grupo de Cuidados Paliativos de la Sociedad Española de Medicina Interna.
Otro de los aspectos fundamentales que tienen en cuenta los profesionales en estos casos es la práctica del «desprescribing» o la retirada de fármacos superfluos o inapropiados, con el objetivo de gestionar mejor la polifarmacia y mejorar resultados. “Lo aplicamos para regular la multiplicidad de fármacos, sobre todo de los pacientes ancianos, y para evitar efectos adversos. También se lleva a cabo cuando los medicamentos no han demostrado eficacia en ensayos clínicos y, en nuestro caso, cuando la expectativa de vida es corta y los fármacos se convierten en fútiles, es decir, que por las circunstancias del paciente al que va dirigido no alcanzan ningún objetivo terapéutico”, incide esta especialista.
La comunicación con los profesionales sanitarios es clave
Para la toma de decisiones por parte de los profesionales sanitarios en relación a los pacientes que se encuentran al final de la vida, resulta imprescindible contar con un diagnóstico certero de la situación. “Hay que adecuar el esfuerzo terapéutico a la hora de tomar decisiones importantes como puede ser una sedación paliativa”, comenta la doctora Plaza.
En estos momentos difíciles, la comunicación entre pacientes y familiares con los profesionales sanitarios resulta esencial, ya que los pacientes deben ser los protagonistas en la toma de decisiones y conocer el porqué de cada una de ellas.
Precisamente, si no se lleva a cabo una adecuada comunicación o se carece de ella, pueden surgir conflictos en este sentido. “A veces nos centramos en atender a los pacientes desde un punto de vista técnico, teniendo en cuenta protocolos o tratamientos para una determinada enfermedad, en lugar de atender a lo que realmente necesitan en ese momento y sin tener en cuenta la trayectoria de su patología, su pronóstico vital e, incluso, interesarnos por sus valores y voluntades”, expone la doctora.
Nutrición e hidratación en cuidados paliativos
En la II Jornada de Cuidados Paliativos de la SEMI también se prestó atención a la importancia del estado nutricional de los pacientes en cuidados paliativos, que cambia dependiendo de si el paciente va a tener una trayectoria vital larga o se encuentra al final de la vida y, con ello, también varía la atención nutricional que requieren en cada caso.
“En situaciones de final de la vida priorizamos el confort y el control de los síntomas, mientras que la alimentación e hidratación quedan relegadas a un segundo plano”, advierte la doctora Susana Plaza, quien añade que “la pérdida de la vía oral y de la capacidad de alimentarse o beber es un fenómeno del final de la vida y, por tanto, nuestra obligación es comunicar a las familia esa situación y conseguir que se acepte como natural”. De hecho, incluso en casos excepcionales se puede abordar la vía subcutánea para lograr la hidratación en estos pacientes al final de la vida.
Publicación original en Geriatric Área