La fatiga por compasión es un síndrome que puede afectar a profesionales sanitarios que trabajan con pacientes que sufren dolor y enfermedades terminales. También se conoce como fatiga por empatía o agotamiento emocional y puede ser un resultado del estrés crónico.
En el contexto de los cuidados paliativos, los y las profesionales sanitarios que trabajan con pacientes y sus familias a menudo experimentan una amplia gama de emociones, incluyendo tristeza, dolor y angustia. El proceso de cuidado al final de la vida puede ser emocionalmente exigente y puede haber situaciones que sean especialmente difíciles para cada profesional sanitario, como el fallecimiento de un/a paciente o el dolor emocional de los seres queridos.
Este tipo de desgaste puede afectar negativamente la calidad de atención médica proporcionada y la capacidad de las y los profesionales para desempeñar su trabajo de manera efectiva.
Algunos síntomas comunes de la fatiga por compasión incluyen falta de energía, aislamiento emocional, cambios en el apetito y en el sueño, y una disminución en la satisfacción laboral.
Es importante que los/as profesionales sanitarios reconozcan y aborden la fatiga por compasión en cuidados paliativos. Algunas estrategias efectivas para prevenirla y tratarla pueden incluir:
- Autocuidado: Cada profesional sanitario debe priorizar su bienestar emocional y físico. Esto puede incluir el ejercicio regular, la meditación, el cuidado de la nutrición y el sueño, y tomar tiempo libre para descansar y recuperarse.
- Supervisión y apoyo: Cada profesional sanitario debe tener acceso a supervisión y apoyo emocional, ya sea a través de grupos de discusión o de asesoramiento psicológico. Esto puede ayudarles a manejar el estrés y a prevenir la fatiga por compasión.
- Establecer límites: Es importante que cada profesional sanitario establezca límites claros con respecto a su trabajo y sus emociones. Esto puede incluir la práctica de la desconexión emocional después de un turno de trabajo y la capacidad de decir «no» a ciertas tareas o responsabilidades.
- Aprender y practicar habilidades de resiliencia emocional: Cada profesional sanitario puede aprender y practicar habilidades de resiliencia emocional para manejar mejor el estrés y las emociones difíciles. Estas habilidades pueden incluir la atención plena, la gratitud, el optimismo y la aceptación.
Al priorizar el autocuidado, buscar supervisión y apoyo, establecer límites y aprender y practicar habilidades de resiliencia emocional, los y las profesionales sanitarios pueden prevenir y tratar la fatiga por compasión y mejorar su calidad de vida y su capacidad para proporcionar atención médica de alta calidad a pacientes y familias.
Para saber identificar y prevenir puede ser de utilidad: