Os traemos otro de los relatos finalistas del I Concurso de Microrelatos de la Red de Cuidados Paliativos de Andalucía (RedPAL) .
El relato elegido tercer finalista fue «El último regalo».
Su autor Isidro Catela Marcos (Salamanca, 1972), periodista, es doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Pontificia de Salamanca, de la cual es profesor en excedencia de Ética y Deontología. Fue director de la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española (2014-2014), y colabora en diversos medios de comunicación como la COPE y el programa Testimonio de la segunda cadena de TVE. Su obra ha recibido numerosos premios. Es autor de relatos cortos, poemas y ensayos. Su último libro es «Me desconecto, luego existo. Propuestas para sobrevivir a la adicción digital«.
El microrrelato «El último regalo» habla del duelo de unos padres al afrontar el final de la vida de una hija y, tras su lectura, dejó a todo el auditorio con las emociones a flor de piel.
EL ÚLTIMO REGALO
El último regalo material que recibió Alexandra fue un enorme peluche rosa. Fue en su undécimo cumpleaños, poco antes de morir. Y fue un flamenco gigante, del color del algodón de azúcar.
Vino con una tarjeta firmada por Marta y María, las enfermeras de planta; por Eva, la psicóloga; y por Alberto, el capellán. El Equipo A, de Alegría -decía ella-. A mí me recordaban a aquellos entrañables prófugos de la vieja serie televisiva.
Cuando yo ya no esté aquí –nos pidió-, ponedlo sobre mi cama, y arropadle por las noches, si tiene frío.
Ahí está, tal y como ella nos solicitó. Y aquí estamos su madre y yo, abrazados en la puerta de la habitación vacía, con una pizca de temblor porque anoche empezó a helar y, tal vez, haya llegado el momento de entrar a arropar a ese bicho inmenso, que bien mirado parece un signo de interrogación.
Precioso y muy emotivo relato. El encargo que la niña hace a sus padres nos invita a reflexionar sobre la preocupación que los enfermos terminales tienen, en cuanto a qué sucederá después de dejar este mundo. Es una preocupación por su propio devenir, desde luego, pero también por el devenir de quienes seguimos aquí. Muchas felicidades al autor.