Serruz, 46 años
Resulta evidente que la aplicación del Enfoque Paliativo, la Atención al Sufrimiento y el Acompañamiento Espiritual deberían ser algo transversal y sería deseable y conveniente el realizarlos por cualquier especialidad desde la que nos acerquemos al paciente.
Recordemos que hacemos un ENFOQUE PALIATIVO: Cuando se realiza una atención considerada y respetuosa con los deseos del paciente y de su familia, teniendo en cuenta los aspectos relacionados con la comunicación del diagnóstico, pronóstico y tratamiento de su enfermedad, el control de síntomas físicos, psíquicos y sociales así como la atención a las necesidades espirituales con la finalidad de aliviar y ayudar a encontrar sentido al sufrimiento y propiciar, a través del Acompañamiento espiritual , una muerte serena y en paz.
Se alcanza con unas habilidades de comunicación adecuadas para poder realizar una exploración y atención de los recursos y necesidades espirituales del enfermo con el fin del control de estas situaciones. Requiere accesibilidad, continuidad y disponibilidad de los profesionales.
Se publicaba en el New England en Marzo de 2000, un artículo en el que proponía para la Medicina del Siglo XXI dos objetivos fundamentales. El primero: prevenir y curar enfermedades. El segundo: ayudar a los seres humanos a morir en paz.
Y es que para cumplir el primero de los objetivos de los que hablaba Callaghan dirigimos el 99% de nuestros recursos y tan sólo el 1% para el segundo. ¿Sólo un 1%? Necesitamos mucho más de 1% para alcanzar un número de encuentros suficientes y poder ofrecer así la acogida, la presencia y la compasión: actitudes propias y necesarias, para que, con el Acompañamiento Espiritual, a través de esta intervención compasiva, se pueda abrir la puerta al SUFRIMIENTO y llegar a la sanación o trascendencia.
El Informe de la Conferencia de Consenso que lidera Christina Puchalski afirma que, si bien la Historia Espiritual o la Valoración Espiritual no tienen que realizarse necesariamente por un sacerdote o pastor, sí se deberían hacer por personas que tengan, al menos un cierto grado de entrenamiento y familiarización en estos temas.
En este mismo sentido el propio Grupo GES recomienda que la utilización de su modelo sea limitado a profesionales con experiencia en esta materia y que hayan establecido una relación empática y de confianza con el paciente.
Aunar esfuerzos y optimizar los recursos de todos los ámbitos y poder embarcarnos en la entusiasta tarea del ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL y poder ayudar y aliviar el sufrimiento consiguiendo una muerte serena y en paz.