Alrededor de los cuidados paliativos existen diversos mitos que son falsos o creencias erróneas extendidas entre la población e, incluso, entre algunos/as profesionales del ámbito sanitario. En esta sección, respondemos a los mismos.
Si identificas alguna otra de esas creencias erróneas, comunícanosla aquí (redpal.easp@juntadeandalucia.es) para que podamos responderla. Gracias!!
“No queremos llevarlo, porque nos han dicho que en paliativos se cuenta la verdad”
Hay palabras que pueden dar mucho miedo. Cáncer, grave, final, morir, enfermedad avanzada, paliativo, etc. son términos que preferiríamos no tener que escuchar.
No obstante, resulta mucho más terapéutico y sanador aceptarlas y enfrentarlas que rehuirlas. La experiencia de acompañar a personas que mueren demuestra que son mucho más plácidas las muertes que se producen cuando la persona y la familia conocían bien la situación y habían tenido la ocasión y el tiempo de “resolver” temas pendientes y de despedirse.
Por otra parte, sabemos que hay muchas formas de conocer la verdad, una es recibiendo verbalmente la información, pero más allá de las palabras, las emociones, la propia sensación de fragilidad, el estado físico… llevan a muchas personas a intuir la verdad. Si ese es el caso, la falta de información y el no poder hablar abiertamente de la situación puede conducirles a una situación de soledad emocional.
En cualquier caso, los y las profesionales:
- Siempre deben adaptarse a las necesidades de información de cada paciente y de cada familia.
- Siempre deben abordar todos los temas con prudencia y manejando la información de manera “soportable”, siempre al ritmo de la persona enferma…
- Nunca deben decir las verdades a bocajarro, ni tampoco decir algo a quién no quiera saberlo. Así lo establece la ley de autonomía de pacientes.
“Las de paliativos son las que van a hablar con usted, como psicólogas”
“Pero, ¿tú eres enfermera/médica o eres psicóloga? Es una frase que muchas/os profesionales sanitarios que ejercen cuidados paliativos han oído con frecuencia.
El trabajo en cuidados paliativos aborda todas las dimensiones de la persona, no sólo los síntomas físicos. Las y los profesionales saben que deben prestar una atención completa y explorar también lo emocional, lo espiritual, lo psicológico, lo social… porque ahí radica muchas veces el sufrimiento que puede experimentar una persona. Es más, ese otro tipo de “sufrimiento” puede empeorar los síntomas físicos.
Por eso gran parte del tratamiento será establecer un diálogo profundo con sus profesionales que tienen la sensibilidad y la formación para explorar esas otras esferas de la vida. Sólo desde esa escucha se puede ayudar a una persona de forma completa.
“¿Por qué me hace tantas preguntas si yo lo que tengo es dolor?”
Hay distintas razones que hacen imprescindible hacer una entrevista completa y una valoración integral antes de poner un tratamiento para el dolor:
- El dolor es algo muy individual y, por lo tanto, la respuesta ha de ser muy personalizada. Es preciso preguntar e indagar para poder adaptar el tratamiento a cada paciente.
- El dolor va más allá de lo físico y altera todas las esferas de su vida: lo emocional, lo social, etc… restando calidad de vida e interfiriendo con su capacidad de descansar y dormir. Y su dolor puede estar generado por muchas posibles causas, incluso puede tener un componente emocional. Esto hace necesario también indagar para conocer el origen de su dolor y requiere un abordaje complejo para aliviarlo y mejorar su bienestar. +info
- Además, como ya hemos explicado (+info) el trabajo en cuidados paliativos abarca todas las dimensiones de la persona. Y una valoración integral casi permanente de su situación, que implica conversar y plantear preguntas… Las personas que reciben esta atención integral la valoran con alta satisfacción: “En mi vida me he sentido tan bien y me han hecho tantas preguntas de mí mismo” “Qué bien que me traten como una persona y que me dejen hablar”.