Cuando una persona está en una situación vital en la que necesita cuidados paliativos para mejorar su calidad de vida y aliviar sus síntomas, su misma situación con frecuencia hace que aparezcan en la persona enferma y en su entorno otras necesidades que hay que atender. Algunas de estas son necesidades relacionadas con lo social, por ejemplo:
- Económicas: debido a una disminución de los ingresos se puede producir una falta de recursos económicos para cubrir las necesidades familiares.
- Laborales: puede darse una dificultad para mantener el puesto de trabajo o la pérdida del mismo, así como dificultades en la conciliación laboral/familiar.
- Sociales: rechazo, alejamiento o deterioro de las redes de apoyo.
- Capacidad personal para el cuidado en la familia: trastornos emocionales (depresión, miedos, ansiedad), impotencia, déficit en la comunicación con equipo sanitario y/o paciente, y/o familiares, etc.
- Vivienda: Carencia de vivienda adecuada (propia o en su entorno familiar) para recibir cuidados en domicilio (suministros, barreras arquitectónicas, condiciones materiales, de habitabilidad y seguridad, etc.)
Cuando se detectan esas necesidades, las trabajadoras sociales sanitarias pueden ayudar de distintas formas:
- Facilitando la gestión de recursos, habitualmente relacionados con el acceso a diferentes prestaciones y servicios de carácter público o privado, y que conllevan actividades como la toma de contacto, información, derivación, seguimiento y evaluación de cada caso de forma personalizada.
- Desarrollando actuaciones orientadas a potenciar las propias capacidades, la minimización de la sobrecarga de los cuidados (clarificando el papel de cada persona del entorno, con actividades de formación, comunicación o mediación entre integrantes de la familia y ayudando a establecer mejores relaciones que mejoran asimismo el afrontamiento y abordaje del sufrimiento al final de la vida.
A modo de ejemplo, algunas de las respuestas posibles que se facilitan a estas necesidades sociales son:
- Ingreso de pacientes para respiro de las personas cuidadoras.
- Apoyo por parte de voluntariado, tanto para paciente como para su entorno familiar.
- Apoyo domiciliario para el cuidado personal y/o tares domésticas.
- Información sobre recursos y trámites.
- Adaptación del domicilio.
- Acceso a prestaciones económica para gastos derivados de la enfermedad (medicación, ortopedia, SAD, etc.) y/o para cobertura de necesidades básicas (vivienda, suministros, alimentación, etc.).
- Recursos técnicos y/o material ortoprotésico.
- Agilidad en el trámite de la Ley de dependencia.
- Entre otras…