1. Necesidades de información y formación: sobre la enfermedad, sobre los recursos disponibles, sobre cómo cuidar, sobre el impacto emocional de la situación que están viviendo, sobre sus preocupaciones y miedos y sobre la vivencia experimentada por personas que han pasado por su misma situación.
2. Necesidades de apoyo: disponer de una red de apoyo formal e informal que pueda dar soporte, sobre todo a nivel emocional y de colaboración en las tareas de cuidado, tanto en el momento del diagnóstico a lo largo de todo el proceso de enfermedad, como en la despedida y duelo.
3. Necesidades de comunicación: personas cercanas como familiares, amistades,vecinos/as, compañeros/as de trabajo y otras personas conocidas, harán muchas preguntas y en ocasiones resultará difícil saber qué, cuándo y cómo responder.
Al mismo tiempo,las personas que cuidan tienen la necesidad de comunicar a otras sus propios sentimientos, sus miedos, dudas, problemas y tensiones, pensamientos sobre la muerte o el sentido de la vida.
4. Necesidad de servicios en la comunidad: información sobre disponibilidad real de los servicios en la comunidad (cuidado, asistencia médica, seguros, servicios religiosos, hospitales de día, etc.)
5. Necesidades económicas: las familias sufren a menudo importantes reveses económicos debido al coste de medicamentos, personas cuidadoras externas como auxiliares o apoyo doméstico, comida ropa, alquileres o adaptación de las viviendas, préstamos bancarios, transporte, entre otros.
6. Necesidades de funcionamiento familiar: dentro del caos que supone el diagnóstico de final de vida de un ser querido, las familias pueden requerir asistencia para su reorganización. Para ello deben aprender o disponer de habilidades de resolución de problemas, de redistribución de los roles, de organización de las actividades laborales, del hogar y recreativas, y poseer un fuerte sistema de apoyo interno.