Las cualidades que se requieren para el abordaje de lo espiritual son diferentes a las que se necesitan para evaluaciones clínicas. Si éstas últimas tratan de recoger datos concretos y exigen un amplio y exigente conocimiento previo, lo espiritual requiere desprendernos temporalmente de cualquier conocimiento para poder permanecer abiertos y acompañar con presencia y sin juicios.
Estas habilidades se pueden entrenar con formación. A medida que el personal sanitario vaya recibiendo formación irá progresivamente incorporando la dimensión espiritual en su forma de tratar y asistir con un enfoque de cuidados integrales. Existen también guías y recursos que nos pueden orientar en el acompañamiento y cuidado de la dimensión espiritual de pacientes, así como en la valoración de dicha esfera.