Las creencias en torno a la muerte vertebran los cuidados paliativos, tanto las experiencias de quienes se encuentran en final de vida como de quienes las atienden. Y dichas creencias están moduladas por la cultura en la que se ha socializado cada persona.
La cultura es un fenómeno universal que es aprendido, se transmite entre generaciones y establece el patrón de creencias, actitudes, comportamientos y valores de una persona. Determina cómo las personas ven el mundo, cómo gestionan el estrés, la enfermedad y la muerte.
La adquisición de una competencia cultural entre los profesionales de la salud se hace indispensable para proporcionar una asistencia más eficiente y de mayor calidad, y para no dañar otras dimensiones como la física, emocional o espiritual. Esta competencia espiritual incluye:
- Conocimiento y comprensión de la cultura del/a paciente
- Respeto y aceptación de las diferencias culturales
- Una adaptación de los cuidados que sean congruentes con la cultura del/a paciente
- Tener conciencia sobre la experiencia cultural propia
Y juega un rol importante en el encuentro clínico, ya que moldea la sintomatología del/a paciente y su descripción de los síntomas, su adherencia al tratamiento, las relaciones médico-paciente, y la forma en la cual se comunica información, entre otras.
En el caso de los cuidados paliativos, los profesionales de salud habrían de reconocer los contextos socioculturales, realizar una escucha activa de la historia personal y comprender los significados que la persona moribunda da la vida y a la cercana muerte, para que sus valores y creencias, como los de su familia, puedan ser respetadas.
Artículo recomendado: El componente cultural de la muerte: acompañando a Fabala Dambele
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