Al principio me sentía bastante intruso en este mundo audiovisual, y ahora me encuentro terminando una trilogía de documentales sobre los procesos de duelo. A finales de 2013 estrenamos “Aulki hutsak” (“Sillas vacías”), la primogénita, donde abordamos duelos relacionados con cáncer, enfermedades crónicas, discapacidad, suicidio y duelo perinatal. Hice tareas de guionista y director desde la experiencia profesional como paliativista de tratar enfermos y familias. Desde la intuición de haber visto y escuchado cientos de películas y documentales, muchas de ellas relacionadas con nuestros temas. Y también, y sobre todo, desde el dolor vivido como hijo tras las enfermedades por cáncer y muerte en casa en San Sebastián de mi padre, en 2007, y de mi madre en 2015. También es un homenaje a ellos, y a todas las personas fallecidas que mencionamos en la película. En mayo de 2017 la presentamos en la EASP de Granada, dentro de las III Jornadas HUCI.
La segunda también fue niña, y nos metimos con uno de los temas que no había entrado en la primera. Un tema o temas que sí habían tratado en “Remontando el vuelo” (Elsa Sierra y Álvaro Orús, 2015): Los duelos colectivos relacionados con la violencia de la guerra en Hiroshima y del terrorismo islamista del 11-M en Madrid.
“S(u/a)minetik bakera” (“De la ira amarga a la paz”), estrenada a finales de 2017, más que un docu es una obra escénica. La parte grabada es una reflexión global sobre la muerte, concretamente las muertes violentas, y más concretamente las muertes violentas de los padres de 2 mujeres de Arrasate-Mondragón, el pueblo en cuyo hospital comarcal trabajo desde 2001. Las siglas detrás de los victimarios en estos 2 asesinatos son diferentes, BVE y ETA, los momentos históricos donde ocurrieron también lo son, 1975 y 2008, el contexto sociopolítico de las 2 familias también distinto. Pero fuimos encontrando elementos humanos en común entre Olatz y Sandra: La edad de sus padres, los nombres de sus madres, el número de hermanos que son y el lugar que ocupan ellas por orden de edad, los paisajes comunes dentro de un mismo pueblo y los sentimientos comunes en duelos de características tan similares. No sólo eso, sino que estudiamos todos los sentimientos comunes con otros duelos de carácter muy distinto (cáncer, enfermedades, etc) y llegamos a una conclusión de envergadura: Hemos encontrado 2 bandos, sí, el de la vida y el de la muerte. En el de los vivos, podemos empatizar y solidarizarnos, e incluso sentir y ejercer la compasión, sin darnos cuenta de otros elementos distorsionantes. En el escenario, mi amigo Mudoh como músico y 2 narradores tejen la obra en directo.
Es cierto, sigo sintiendo esa sensación de intrusismo, pero ya estamos a punto de empezar el rodaje de la tercera y última. O penúltima, igual después empezaré a hacer documentales sobre animales acuáticos o terrestres, cansado un poco de los seres humanos…
Para acabar este post os adelanto el título de la criatura en gestación: “Mendian hil. Hirian hil” (“Morir en la montaña. Morir en la ciudad”).
Iñaki Peña Bandrés
Médico internista especializado en Cuidados Paliativos y documentalista. Hospital del Alto Deba. Arrasate-Mondragón (Gipuzkoa)
Más Información en: “Cuidados paliativos y Cine: Una actualización comentada de la producción relacionada desde mediados del siglo pasado hasta la última década del actual” (Revista de Medicina y Cine. Vol 14, número 4. 2018) https://revistas.usal.es/index.php/medicina_y_cine/issue/view/1095/showToc
Aulki Hutsak (Sillas vacías), por Iñaki Peña un documental de duelo y de esperanza está disponible para alquilar o comprar AH (0.99 ó 1.99 euros): https://vimeo.com/ondemand/aulkihutsak/122081686